
Alergias en la piel
La alergia en la piel o Dermatitis Alérgica es una reacción o respuesta inmunitaria exagerada del organismo ante sustancias irritantes que generalmente no son dañinas, y que se conocen como alérgenos. Esta reacción se manifiesta en la piel provocando erupción cutánea, urticaria, picazón, enrojecimiento, ampollas o descamación cutánea. También se la conoce como dermatitis de contacto.
Los síntomas de las alergias en la piel tras exponerse a una sustancia extraña pueden aparecer a los pocos minutos de entrar en contacto con ella, o pueden tardar un par de días.
- Como efecto secundario tras la ingesta de ciertos alimentos, entre los más habituales encontramos las nueces, los tomates, los mariscos, el cerdo, la piña, las fresas, entre otros.
- Como efecto secundario tras la ingesta de ciertos medicamentos, como por ejemplo: penicilina, sulfas, anticonvulsivos, fenobarbital y aspirina, o medicamentos que se aplican sobre la piel como son los antibióticos o cremas.
- Por frotamiento constante o fricción sobre la piel: después de rascarse o cuando se usa ropa apretada.
- Después de actividades que aumentan la temperatura corporal.
- Después de la exposición al viento o al agua a muy baja temperatura.
- Por exposición a la luz solar o a lámparas solares.
- Después de hacer ejercicio físico.
- Por el uso de maquillaje, lociones, jabones, detergentes y champús determinados.
- A causa del níquel, un material usado de forma muy frecuente en joyería y encaje de los pantalones vaqueros.
- Por determinadas fragancias y perfumes, a causa del contacto con algunos productos de limpieza, por el látex de guantes, botas y otros productos.
- Por algunas plantas, como por ejemplo: la hiedra venenosa.
- La aparición de áreas de la piel rojas e inflamadas (ronchas).
- Enrojecimiento y aumento de la sensibilidad.
- Una comezón intensa (prurito o picazón).
- Inflamación localizada .
- Aumento de la temperatura (Calor).
- Ampollas que dejan escapar líquido o secas.
- Pequeñas verrugas e incluso erupciones que producen una intensa sensación de quemazón.
- Piel seca y escamosa.
- Sensibilidad al sol.
- Hinchazón, sobre todo en la zona de los ojos, la cara o la ingle.